Eduardo Galeano, Quinto elemento

Una pareja de cóndores deja atrás el aroma salino del mar.

El gira la cabeza, busca su mirada, no quiere perderse el brillo que le renace en la Patagonia.... desde hace varias vidas lleva consigo a la Machi entre el Abya Yala y los confines del Universo pero mientras escruta la Mapu siente que está en casa otra vez.

Se dejan llevar mientras continúa su viaje circular...

Sobrevuelan los glaciares, la cordillera, el río Amazonas, el sol de Ceci y ese aroma que lo invade todo nuevamente.

Se acercan a la costa y en las Playas de Malvin, ese hombre -testigo de amores y horrores- camina con su perro sin apuro como cada día.

Desde allí se percibe clarito clarito el fuego, el aire, el agua y desde hace un tiempo, como líneas de Nazca, unas manchas que brotan desde el centro de la Pachamama. Los lugareños buscaron y buscaron su nombre hasta encontrarlo. Quinto Elemento.

80cm / Cerámica esmaltada, venecitas, vidrio spectrum, vitrofusión, polifán, caracoles/2017

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